Claudia nació en Guadalajara, México, en una familia donde la música y la artesanía eran parte del día a día. Desde niña sintió fascinación por los colores, las texturas y las historias contadas en voz baja al anochecer. A sus 27 años, ha convertido esa sensibilidad en una carrera sólida dentro del diseño textil y la producción cultural, combinando tradición y vanguardia con naturalidad.
Sus ojos marrones parecen contener siglos de memoria y su cabello negro cae como una declaración de identidad. Con una altura de 1,65 metros y una presencia que no necesita alzar la voz, Claudia transmite fuerza a través de la calma. Tiene un estilo propio al vestir, mezcla de lo bohemio y lo clásico, y cree profundamente en el poder transformador del arte comunitario.
Actualmente vive en Ciudad de México, donde coordina proyectos de colaboración entre artesanos rurales y diseñadores emergentes. Le apasionan los mercados locales, los libros de historia latinoamericana y las tardes de tertulia acompañadas de café. Claudia no está interesada en los reflectores, sino en construir puentes duraderos entre generaciones.
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